viernes, 11 de noviembre de 2022

 Destacados:  Henri Roorda. Mi suicidio

Los profesores de moral son funcionarios pagados por el Estado ( no es necesario decir que a los profesionales se añaden numerosos aficionados) para intimidar a la individuo mientras es todavía joven, con el fin de que, pasado el tiempo, sienta vergüenza de mostrarse tal y como es. Este medio que la sociedad tiene para defenderse es excelente: asi puede reducir al mínimo el número de sus policias.

 pag 27. 

 

Necesito percibir, en el futuro inmediato, momentos de exaltación y de alegría. Solo soy feliz cuando adoro algo. No comprendo la indiferencia con la que tantas personas soportan todos los días esas horas vacías en que no hacen otra cosa que esperar.

Mi impaciencia , que me ha hecho cometer tantos errores, debe explicarse seguramente también por la naturaleza de mi imaginación y por el estado de mis nervios.

pag 30.

 

Si, soy bueno, pero de una bondad pasiva. Soy mucho menos útil que ciertas personas que son inflexibles porque poseen verdadera firmeza.

 

pg 31.

El estado no ofrece a quienes instruyen a los escolares ocasión de renovar su tarea y de rejuvenecer de esta manera su pensamiento. ¿ Consiste su base en transmitir entusiasmo a los jóvenes ? No, el entusiasmo es peligroso.

Me deprimiría menos la perspectiva de volver a dar mis lecciones si los que me pagan me dijeran: Dé a estos niños lo mejor de su pensamiento....Necesito emocionarme con las verdades que enseño.

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pag38.

Es quizá su falta de imaginación lo que les permite ser tan uniformemente virtuosos.

Es necesario que en mi vida haya frequentes momentos deslumbrantes.

No estaba hecho para vivir en un mundo en el que se debe consagrar la propia juventud como preparación para la vejez. 

 El hombre puede obsesionarse por deseos que perdieron ya su razón de ser. 

Hay corazones a los que nuestra estúpida moralidad condena a una juventud demasiado corta y a una vejez demasiado larga.

 pag 43:

Esperanza confusa prodigiosa.

Mientras trabajo, mis pensamientos son tan puros como los de un niño.

Hace días que no siento ya interés por ciertas cosas.

Todo lo que es literatura me parece verdaderamente vano, y me resultaría dificil tomar parte en las discusiones que enardecen al hombre. Las conversaciones me parecen más insipidas que nunca... Me parece que ahora distingo mejor lo que posee valor en la vida. Soy feliz viendo el cielo, los árboles, las flores, los animales, los hombres. VER me hace feliz.

Soy un jugador que no pediría otra cosa que continuar jugando, pero que no quiere aceptar las reglas del juego.

 


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