jueves, 17 de diciembre de 2009

ESCRIBE TU NOMBRE por LUCAS OLIETE

ESCRIBE TU NOMBRE EN MOMENTOS OPORTUNOS Y LUGARES INOPORTUNOS
ESCRIBE TU NOMBRE EN EL MOMENTO OPORTUNO
¿TE GUSTARIA LEER TU NOMBRE AQUI?
¿ACASO NO TE GUSTA VER TU NOMBRE ESCRITO EN LA PARED?
NO SEAS UNO MAS , ESCRIBE TU NOMBRE
ESCRIBE TU NOMBRE SI ERES UN HOMBRE
ESCRIBE TU NOMBRE SI ERES UNA MUJER
PIENSA MÁS EN TI , ESCRIBE TU NOMBRE

miércoles, 16 de diciembre de 2009

BNE




SpY






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ECONOMIA vs. LEGIBILIDAD

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Eric Gill , Un ensayo sobre tipografía


La buena voluntad parece ser una cualidad común a todos los seres humanos, aunque su complemento, la sensatez, o sea, la inteligencia, la capacidad crítica, ese profundo interés por la perfección escrupulosa que es una especie de talento, no es tan común. La buena voluntad arranca desde abajo y penetra alguna que otra vez en los estudios y en los ministerios.La sensatez parte desde arriba y cala lentamente en la masa. Todo el mundo cree que sabe reconocer una A cuando la tiene delante , pero solo las escasas mentes dotadas de una facultad racional extraordinaria saben distinguir de verdad una A buena de una mala o pueden demostrar con precisión el concepto que define una A. ¿Una A cuándo deja de ser una A? O ¿cuándo una R deja de ser una R? Es evidente que para cada letra existe algún tipo de norma, e investigar cuál es esa norma representa ,claro está, la primera tarea.

El primer intento destacado en el camino hacia la elaboración de una norma para caracteres puros la realizó Edward Johnston cuando diseño la letra sin remates del metro de londres. Algunas de esas letras no son del todo satisfactorias, especialmente si se tiene en cuenta que, cuando el fin que se persigue es de tal envergadura, un alfabeto debería estar diseñado ¨a prueba de fallos¨ en la medida de lo posible; es decir, que las formas deberían ser perceptibles, convertirse en objeto de exposición dialéctica, como dirían los filósofos. Nada debería quedar al arbitrio de la imaginación del rotulista o del creador de placas esmaltadas. En este terreno de la ¨infalibilidad¨, la familia Monotype sans serif quizá represente un avance. Los caracteres se ciñen de manera más alejados de formas que dependen de la aprecicación y la capacidad crítica del operario que debe reproducirlas.
Pero la cuestión no acaba aquí. Al igual que existe una norma para al forma de los caracteres -para el cuerpo desnudo, por así decirlo, de las letras- existe una norma para el vestido de los caracteres, aunque sería más apropiado hablar de que existen muchas normas pues varían según los caracteres se empleen en este o en ese contexto o con un propósito u otro. Entre la situación en que resulta adecuado el uso de caracteres pelados y sin remates o de palo seco y la situación en que no hay nada más indicado que la pura fantasía se extiende toda una gama de situaciones diversas.
Para un típico ciudadano inglés preocupado por la moral de los actos y por la conciencia se hace sumamente complejo alejar la moral del discurso artístico. Es normal que se sienta movido a pensar, por ejemplo, que una r debería tener una panza más o menos semicircular y de un diámetro algo así como la mitad de la altura del asta, además de una cola que sobresalga de forma patente, y a considerar que una R con panza excesiva y una cola insignificante es incorrecta.
Sin embargo, las connotaciones morales que implican el verbo ¨deber¨ y conceptos como ¨correcto¨ e ¨incorrecto¨-tomados estos últimos en su sentido más próximo a la moral son obviamente absurdas en una discusión de este tipo, or lo que tendríamos que estar dispuestos a admitir que toda línea es apta en el diseño de una letra. No obstante, ya se sabe que los grandes males precisan grandes remedios, luego, dle mismo modo en que lo mejor que puede hacerse con un ¨bebedor empedernido¨ es aconsejarle que pronuncie el ¨juramento de no probar el alcohol¨y que se convierta en un hombre de bien, parece que la solución más conveniente y razonable si nos atenemos al torbellino de excentricidades al que nos arrastra la publicdad moderna pasa por volver a cierta idea de normalidad, sin que ello equivalgas a negarnos el gusto y placer para diseñar todo tipo de letras fantasía alli donde ocasión se tercie. Es más , si se piensa en que la fe ciega en el matrimonio cristiano es la que perimite inventar chistes más ocurrentes sobre esta situación e incluso infringir las reglas con mayor seguridad ( igual sucede en el caso de quien conoce el camino y puede salirse cuando le venga en gana, a diferencia de quien va perdido, que se aparta sin querer), es lógico darse cuenta de que será la instrucción amplia y clara en el diseño de letras normales la que otorgará al iniciado la facultad de arrojarse con mayor dominio en los brazos de la fantasía y el descanso.

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