domingo, 9 de octubre de 2022

 

Torre Naranja, 2021. Valencia.

 

La Torre Naranja, es una antigua torre eléctrica metálica de la que solo permanece su estructura exterior, su interior está vacío, tras el paso de chatarreros.

Está situada junto a una carretera, rodeada de campos de naranjos, secaderos de chufa, plantaciones de palmeras y masías abandonadas.

Proveía de electricidad a una granja porcina. Hoy, en ruinas.

Sobre ellas agujereé 3 frases, relacionadas con el entorno y consigo misma:

·      Cobijo del temporero.

Hace referencia a una de las casas abandonadas más próxima, la cual estaba ocupada por gente que trabajaba el campo de manera puntual.

Su discreción me hizo pensar en las precarias condiciones en las que viven y trabajan. Intentaban no ser vistos.

·      Puertas arañadas.

Entre las ruinas de la granja porcina, encontré las puertas donde encerraban a los cerdos, totalmente arañadas, en sus intentos por escaparse de allí.  Aquellas puertas me trasladaron a una situación de gritos,  angustia y malestar.

·      Naranja mancha mis dedos.

Alude a la pintura que desprende la torre. Después de estar tanto tiempo expuesta al sol, la pintura se convierte en polvo, en pigmento, manchando mis manos al tocarla.

He generado una serie de dibujos, frotando los papeles contra la torre, después de  esta observación.

 

La orientación de la torre y las partes intervenidas hacen que el movimiento de la tierra respecto al sol proyecten las palabras en el interior, durante el atardecer.

 

 

 La torre intervenida funciona como un elemento que dialoga con el contexto que le rodea.

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