miércoles, 6 de marzo de 2013

Ionesco tuvo que defenderse del señor Tynan al haber dicho éste que Ionesco está siendo deliberada y explicitamente antirrealista, cuando afirma que que las palabras no tienen ningún significado y que todo lenguaje es incomunicable. Ionesco responde: Sencillamente mantengo que es dificil hacerse comprender aunque no imposible, y mi obra The Chairs es una súplica, patética quizá, para un entendimiento mutuo:

New york Times, enero 1958

(No esta completo)

Sería divertido intentar un experimento, para el cual no tengo en este momento espacio suficiente, pero que espero poder realizar algún día.
Sería divertido intentar un experimento, para el cual no tengo en este momento espacio suficiente, pero que espero poder realizar algún día.
Podría tomar casi cualquier obra de arte, cualquier obra de teatro, y garantizar que podría darle, una por una, diversas interpretaciones, una marxista, otra budista, otra cristiana, otra existencialista, otra psicoanalítica.
Y demostrar el trabajo sujeto a cada interpretación constituye una ilustración perfecta y exclusiva de cada credo, que confirma esta o aquella ideología sin dejar lugar a dudas. Para mí, esto demuestra otra cosa: que cada obra de arte ( a no ser que se trate de un trabajo ya comprendido en una determinada ideología a la que se limita a ilustrar, como en el caso de Brecht) está fuera de toda ideología, que no puede reducirse a ideología alguna. La ideología  a la circunscribe sin penetrar en ella. La ausencia de ideología en un trabajo no significa que haya ausencia de ideas; al contrario, las fertiliza. En otras palabras, no fue Sófocles quien fue inspirado por Freud, sino, obviamente, al revés. La ideología no es la fuente del arte. Una obra de arte es la fuente y la materia prima de las ideologías venideras.
Entonces ¿ qué debería hacer el crítico ? ¿ Dónde debería buscar sus criterios ?
Dentro de la propia obra, de su universo y de su mitología. Ha de mirarlo, escucharlo y simplemente decir si es fiel a su propia naturaleza. El mejor juicio es una cuidadosa exposición de la obra en sí. Para ello se ha de permitir que la obra hable, sin haber sido coloreada por predisposiciones y prejuicios.
Si está o no está en la ¨calle principal¨, si es o no es lo que a ustedes les gustaría que fuera hacer esta consideración ya es emitir un juicio crítico, un juicio externo, falso y que no tiene sentido. Una obra de arte es la expresión de una realidad incomunicable que uno intenta comunicar, y que en algunas ocasiones se puede comunicar. He ahí su paradoja, y su verdad.

Leo el texto al tener interés en ver y entender la obra de teatro ¨chairs¨del autor Ionesco.

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