sábado, 2 de julio de 2016

Une Nuit dans la Forêt. Blaise Cendrars.

Más y más comprendo que siempre he llevado una vida contemplativa. Soy una especie de brahmán al revés, que medita sobre sí mismo entre la baraúnda y que, con todas sus fuerzas, se disciplina a sí mismo y desdeña la existencia. O el boxeador y su sombra que, furioso, calmosamente, manoteando al vacío, observa su forma. ¿ Cuánto virtuosismo, cuánta ciencia, cuánto equilibrio en la facilidad con  que acelera! Después uno debe aprender a aceptar el castigo con igual imperturbabilidad. Sé aceptar el castigo y con serenidad fructifico y con serenidad me destruyo a mi mismo en suma, no tanto trabajo en el mundo para gozar como para que otros gocen ( son los reflejos de los demás los que me infunden placer, no los míos). Sólo un alma henchida de desesperanza podría alcanzar alguna vez la serenidad, y para estar en la desesperanza se debe de haber amado mucho  y amar todavía al mundo.

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