lunes, 16 de julio de 2012

El formato del papel más adecuado es, casi sin excepción, el rectangular. Algo como esto parece evidente, pero aún sobre lo obvio mere la pena reflexionar siquiera de vez en cuando. Una hoja de papel es, desde el punto de vista geometrico, una superficie plana y ésta puede delimitarse de las más distintas formas. El hecho de que en la impresión de los libros solo exista una forma de superficie, el rectángulo, tiene ventajas prácticas y técnicas sobre las que no hace falta habalr. De hecho, basta una mirada a las artes plásticas para confirmar que también en este caso se prefiere el rectángulo a otras formas de sueprficie. Es el formato habitual de la pintura de todos los tiempos y de todos los pueblos; lo encontramos tambiénn en el resto de las artes plásticas y aplicadas y es especialmente frecuente en la arquitectura¿ No se deberá acaso a virtudes estéticas?
En todas las artes lo esencial y característico prima sobre lo accidental y ocasional y, en lo que respecta a la superficie plana, el rasgo distintivo es que tiene dos dimensiones, que se puede medir, por tanto, en dos planos perpendiculares entre sí y ello, precisamente, es lo que la diferencia del cuerpo, el cual presenta tres dimensiones, esto es, anchura, longitud y profundidad. Ésa es una característica que comparten todas las superficies planas, por insólito que sea su contorno, pero en ninguna de ellas s emanifiesta tan abiertamente como en el réctangulo, delimitado por una horizontal y una vertical: su propio contorno indica el ancho y largo de la superficie y se convierte así en la expresión más elocuente de su bidimensional.
También los planos paralelos a los bordes del papel, es decir, el vertical y el horizontal, adquieren una especial relevancia en la superficie rectangular, puesto que son los planos principales de la superficie.
Así pues, el hecho de que todos los pueblos dispongan los signos de las escritura horizontalmente,,,,,,,,, unos al lado de otros, o verticalmente, unos debajo de otros, responde no solo al procedimiento técnico de la escritura y a la composición, sino que obedece también a cuestiones estéticas. Una linea escrita en diagonal resulta extraordinaria, Incluso alarmante; no tiene sentido, a no ser que se peuda ver al instante qué intención se persigue al provocar esta alarma. Sea en la estructura de cada uno d elos signos, sea en las figuras de las composiciones más sencillas o más cargadas, toda quietud y estabilidad emanan de estos planos principales, pues armonizan con todo el contorno de la superficie impresa. Toda curva que se desvía de la horizontal o de la vertical se percibe como agitacion  y quiere ser recogida, de vuelta a las verticales y a las horizontales, del mismo modo en que la disonancia se precipita en la consonancia en el desenlace. La tarea del artista es mezclar quietud e inquietud de tal forma que el resultado no sea un desasosiego rígido, sino aquella placidez tensa que se ocnvierte en expresión de la vida misma.

Paul renner, el arte d ela tipografia

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