lunes, 27 de febrero de 2012

¨¡jamás en mi vida he andado por allí con la idea de ser un escritor! jamás, por lo que yo recuerdo, me he sentido inspirado para escribir sobre un viaje, por muy extraordinario que fuera. De hecho, cuanto más bonitos han sido los lugares, menor ha sido el deseo de dejar escritas mis impresiones. Supongo que corre así porque las impresiones son demasiadas, y demasiado recortadas y demasiado anonadantes y demasiado impersonales, etc. Mmi mente se queda en casa siempre que yo viajo. No sé por qué. Mis mejores viajes los hago desde mi escritorio. O mi cama. Como los hacen todos, supongo. Cuando voy andando por las calles, por las calles íntimas, es distinto. En cierto modo, mi escritorio va conmigo. No peudo explicarlo. Quizá sea así porque sé que puedo correr haci él al instante. Pero cuando estás en route, no puedes correr hacia ningun escritorio. Si puedira detenerme en un lugar hasta conocerlo en su intimidad. Después d emi viaje, em siento como un turista más; es decir, como un turista americano. O sea, vacío, incapaz de apreciar nada¨.
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