lunes, 12 de agosto de 2024

Con el ¨trabajo hecho¨, la creatividad con topes y un calor que ya me ha vencido dos veces,  escribo. 

Ahora ya sé lo que es cuando decías que hablabas con el abuelo.
A tí abuela es a la que más veces he dicho Te Quiero.

Aquellos dos perros, me oyeron. 
Escucho los ladridos. Salto y me subo a una ventana.
No me ven, olisquean en todas direcciones hasta encontrarme, me ladran... pero se les nota el miedo.
doy un salto cerca de ellos  y salen corriendo.
Sigo caminando, miro cada uno de los rincones con la cámara colgando del cuello y un palo en la mano para ahuyentarlos 
Ahora avanzo haciendo más ruido, silbo de vez en cuando para evitar otro encontronazo. 

El poso del polvo acentúa las formas.
El agua de una gotera recogida en un cazo durante el tiempo que paso allí.


Acordarme de ti.
Después de enlazar varios viajes, Basilea y Milán llego aquí, pausa. 
Vengo en furgoneta desde Valencia y trazo un recorrido para pasar por Puerto Llano. Hacía unos meses en un tren Valencia-Sevilla, fije dos puntos en Google Maps que ví desde la ventana.  Pensé que sería un buen momento para pasar por ellos. 
Ni tiene puerto ni es llano.
Viajar a tus palabras, a esos lugares que repetias una y otra vez, que cuando los leo escucho tu voz.

Uno detrás de otro.


Saluda al pasar, lo único que dijo.
De ventana en ventana, en lugar de ventana a ventana.
En un cuerpo solido queda vacío.

La descripción de un paisaje:
Hastar llegar aquí.
Zig zag, zag zig.
Pausa.


Se encala la pelota, tocan a la puerta.

MILANO
ALGECIRAS
ESTEPONA
LA LINEA


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