martes, 22 de marzo de 2016

Facebook: El Rastro de Valencia


QUÉ HACER PARA QUE NOS TOMEN EN SERIO?
REFLEXIONES SOBRE EL CAMBIO
El Rastro no se puede trasplantar, así, sin más, a cualquier otro punto de la ciudad, si no se tiene en cuenta su viabilidad dentro del ordenamiento urbano de la ciudad. Por ejemplo, no podemos instalarnos en calles de ningún barrio, porque para los vecinos adyacentes, esto supondría soportar un estrés injustificado en su tiempo de descanso. Esto lo digo, mayormente, de cara a los puristas que añoran un Rastro entre callejuelas del casco antiguo, como ocurre en otras ciudades europeas o en Madrid sin ir más lejos. Esto no puede ser así, porque esos mercados están arraigados desde hace siglos en el mismo lugar y, las calles del barrio donde se encuentran, han ido creciendo poco a poco entorno a su actividad dotándolos de la suficiente protección como para ser incuestionados. No ocurre lo mismo con nuestro Rastro que, aun siendo tan antiguo como Portobello en Londres, Las Pulgas en Paris o el Rastro de Madrid, hoy por hoy, nosotros nos encontramos desarraigados y necesitados de un cierto nivel de protección, como por ejemplo, declarar al Rastro de Valencia, Bien de Interés Cultural, no sería tan descabellado, puesto que, El Rastro de Madrid, tiene este rango desde hace mucho tiempo y solo despierta inquietud entre los especuladores. 
Como oferta de ocio, sería recomendable, contemplar todos los aspectos que contiene el instalar nuestro mercado, sin perder su esencia, y facilitar su acceso fuera de toda provisionalidad, lo que conllevaría crear o reacondicionar algún espacio ya existente, sin otra pretensión o rentabilidad que, la del entretenimiento ciudadano.

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