Todos los días arranco carteles colocados sobre graffiti, normalmente suelo despegarlos cuidadosamente, para así ubicarlos en un lugar cercano, un espacio no ocupado por graffiti, otro cartel o cualquier cosa que ofrezca información.
De este modo pretendo educar a los responsables. Ellos igual que nosotros pretenden ser leídos, pero no por ello debemos consentir que impidan nuestra lectura.
En esta intervención pretendo jugar con esta observación, creando cierto diálogo con el lector que se ve interrumpido por la aparición de estos.
Únicamente he escrito la primera y última letra, ocupando como ya he mencionado el espacio de la U y la C por carteles que no permitían nuestras lecturas, en los alrededores del barrio del carmen.
La persona que desee leer LUCE con todas sus letras y arranque los carteles, se vera sorprendido al ver que en su lugar no se encuentran las letras que había intuido previamente.
Información adicional:
En primer lugar hice dos carteles de las proporciones de las letras, es decir un cartel a base de carteles con el tamaño de la letra.
Cuando los coloque, los carteles resultaron demasiado grandes, por lo que no pude diferenciar los espacios de ambas letras, viéndose tan solo un espacio mayor.
En esta intervención el gasto de pintura se reduce a la mitad, por lo que puedo hacer el doble de acciones de este tipo.
En último lugar he intentado transmitir una idea que abarca al graffiti, con una intervención no graffiti.
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