domingo, 31 de mayo de 2009
DACTILOLOGÍA.
jueves, 21 de mayo de 2009
martes, 19 de mayo de 2009
Diafragma
Las progresivas variaciones de abertura del diafragma se especifican mediante el número f, que es la relación entre la longitud focal y el diámetro de abertura efectivo.
Actualmente casi todos los diafragmas ajustables adoptan el diseño llamado iris, que consiste en un juego de laminillas metálicas imbricadas que determinan entre sí una abertura de forma aproximadamente circular y diámetro continuamente variable que se controla por medio de un anillo dispuesto en el cuerpo del objetivo.
lunes, 18 de mayo de 2009
domingo, 17 de mayo de 2009
Paula la chica y estudia filosofía.
Estas perdido. Pero en esa desorientación radical que sufres, en ese vacío, trazas una línea y en esa línea hay una dirección, un sentido.
Dices que conviertes tu desorientación en palabras y estas palabras, conforme se encadenan unas a otras, crean una “línea”. Esta línea se dispara a un no-lugar.
- ¿A un no-lugar? ¿Quieres decir que no hay un punto en concreto donde desemboquen mis palabras, punto que las determine y las fije?
- Te sientes extranjero en mitad de la muchedumbre. Esa muchedumbre que gira alrededor de un centro que es su guía y luminaria. Centro en el que se apoyan seguros y cómodos, erigiéndose autoritarios, chirriando con sus preocupaciones (o sus ficciones), lanzando palabras al vacío, al silencio.
- El único centro lo encuentro en mí mismo. Es como un eje en el centro de mi espíritu que hace que voltee hasta tal punto que en muchas ocasiones acabo exhausto, débil, desorientado.
- Pero sabes que no hay retorno al centro (aquél guía a la muchedumbre). Lo único que hay es el “intento de retorno”, el intento de llegar a, que es lo que te mantiene inquieto y, en muchas ocasiones, desesperado, por su oscuridad, por su falta de sentido (o de “asiento”).
- Maldecimos el día en el que mordimos la fruta prohibida que nos llevó al exilio del paraíso, que no es otra cosa que la muerte, que el precipitarse al abismo, desangrándonos.
Envidiamos a esa muchedumbre y por la envidia misma nos volvemos vanidosos. Queremos demostrarles lo diferentes que somos a ellos, desdeñándolos. Queremos poner límites entre ellos y nosotros. Queremos, de alguna forma, negarlos, aplastarlos con nuestra soberanía. Demostrarles nuestro valor y saber, aunque eso nos lleva a violarnos, a oscurecernos…
Nos cegamos con sus luces.
Somos crueles y solo admitimos entre nosotros la perfección.
- Hasta que ves que tienes muchos hermanos, también privados de centro, y descansas la diestra en el hombro suyo. Te das cuenta que no es un desierto el mundo que te circunda, que hay vegetación, que hay belleza. Y poco a poco te vuelves humilde conforme te das cuenta que tu grito es sordo.
Te haces humilde y temeroso y sientes la necesidad de apoyarte en los demás pidiéndoles con voz trémula que te admitan entre ellos, que perdonen tu soberbia.
- De esa forma nuestra soberbia se funde en el regazo de las muchedumbres y encontramos un sentido profundo en la palabra más humilde. Palabra que es por donde mejor se refleja la vida.
Es cierto que en la miseria hay algo de grandeza. Pero no podemos glorificarnos de ella, divinizándonos.
- Hay un rasgo que me llama la atención en la sociedad española cuando se vuelven extranjeros en otras culturas, y es la imposición de su carácter.
Le cuesta darse cuenta que así nunca podrá ser atravesado por el espíritu de esa cultura extraña. Nos desesperamos en la espera que exige la comprensión. Queremos “superarles”, prevalecer por encima de ellos, avasallando (¿Pero con qué derecho para proclamarnos superiores a ellos?).
Son necesarios unos cuantos desgarramientos para entender que esa no es la mejor vía para “darse a entender”, y acaban chocando consigo mismos.
Ocurre igual en aquellos que son “expulsados” de la muchedumbre. Aquellos “que quieren demostrar”, se debilitan en la ardua batalla que acaba en un choque brutal con ellos mismos.
**
- Pero cuanto pesar para darnos a entender (la eterna búsqueda). Para clarificar esta oscuridad que nos rodea. A veces nos sentimos tentados a renunciar.
- ¿A renunciar a algo que aun no has aceptado o que no has querido aceptar? ¿Acaso no te estas acercando demasiado al espejo? ¿Exiges de la noche, el día y del día, la noche?
**
- Admiro a esos artistas que pasan en silencio por la vida. Que construyen sus obras como las golondrinas construyen sus nidos.
**
- Este “exilio” que sufres y que te acerca un poco más a la muerte, te acerca también al arte, que esta ligado con la muerte. Pues el lenguaje (también la pintura) nace con el deseo de permanecer, de resistir a ser devorado (de ahí la literatura), de sobrevivir. Por eso “los exiliados” solemos ver un poco más de cerca el lenguaje.
Aunque muchos se vean impotentes en las artes, el lenguaje no deja de clavar su espada en el corazón.
- Los hay que no tienden a una forma de expresión. Sin embargo, obtienen del “exilio”, la humildad, que es un aprendizaje que dura toda la vida y que es por donde “mejor se refleja”.
- Esa privación al centro que sufrimos nos da más valor. Nos incita a despertar, a movernos. En casi todos los cuentos vaga la idea de que toda felicidad depende de una leve prohibición, de que toda alegría depende de una negación. A una chica le dan una caja con la condición de que no la abra; la abre y de ella salen todos los males de este mundo.
Hay que correr “detrás de”, aventurarse para alcanzar lo inalcanzable. Esa es la fuente de la felicidad. Correr detrás de lo imposible.
**
- Hay que aprender, en esto del arte, del gorrión que canta porque es cantor.
- Todo lo naciente es deforme, pues un bebé no sabe hablar ni apenas moverse. Hay que educarlo con mucha paciencia y constancia para que pueda levantarse del suelo e integrarse en la sociedad, seguro de sí, sin tambaleos, sin oscuras noches de sufrimiento, etc.
Estoy cansada. Quizá mañana, dentro de una semana, un mes o un año, reanude esta conversación infinita.
Dices que conviertes tu desorientación en palabras y estas palabras, conforme se encadenan unas a otras, crean una “línea”. Esta línea se dispara a un no-lugar.
- ¿A un no-lugar? ¿Quieres decir que no hay un punto en concreto donde desemboquen mis palabras, punto que las determine y las fije?
- Te sientes extranjero en mitad de la muchedumbre. Esa muchedumbre que gira alrededor de un centro que es su guía y luminaria. Centro en el que se apoyan seguros y cómodos, erigiéndose autoritarios, chirriando con sus preocupaciones (o sus ficciones), lanzando palabras al vacío, al silencio.
- El único centro lo encuentro en mí mismo. Es como un eje en el centro de mi espíritu que hace que voltee hasta tal punto que en muchas ocasiones acabo exhausto, débil, desorientado.
- Pero sabes que no hay retorno al centro (aquél guía a la muchedumbre). Lo único que hay es el “intento de retorno”, el intento de llegar a, que es lo que te mantiene inquieto y, en muchas ocasiones, desesperado, por su oscuridad, por su falta de sentido (o de “asiento”).
- Maldecimos el día en el que mordimos la fruta prohibida que nos llevó al exilio del paraíso, que no es otra cosa que la muerte, que el precipitarse al abismo, desangrándonos.
Envidiamos a esa muchedumbre y por la envidia misma nos volvemos vanidosos. Queremos demostrarles lo diferentes que somos a ellos, desdeñándolos. Queremos poner límites entre ellos y nosotros. Queremos, de alguna forma, negarlos, aplastarlos con nuestra soberanía. Demostrarles nuestro valor y saber, aunque eso nos lleva a violarnos, a oscurecernos…
Nos cegamos con sus luces.
Somos crueles y solo admitimos entre nosotros la perfección.
- Hasta que ves que tienes muchos hermanos, también privados de centro, y descansas la diestra en el hombro suyo. Te das cuenta que no es un desierto el mundo que te circunda, que hay vegetación, que hay belleza. Y poco a poco te vuelves humilde conforme te das cuenta que tu grito es sordo.
Te haces humilde y temeroso y sientes la necesidad de apoyarte en los demás pidiéndoles con voz trémula que te admitan entre ellos, que perdonen tu soberbia.
- De esa forma nuestra soberbia se funde en el regazo de las muchedumbres y encontramos un sentido profundo en la palabra más humilde. Palabra que es por donde mejor se refleja la vida.
Es cierto que en la miseria hay algo de grandeza. Pero no podemos glorificarnos de ella, divinizándonos.
- Hay un rasgo que me llama la atención en la sociedad española cuando se vuelven extranjeros en otras culturas, y es la imposición de su carácter.
Le cuesta darse cuenta que así nunca podrá ser atravesado por el espíritu de esa cultura extraña. Nos desesperamos en la espera que exige la comprensión. Queremos “superarles”, prevalecer por encima de ellos, avasallando (¿Pero con qué derecho para proclamarnos superiores a ellos?).
Son necesarios unos cuantos desgarramientos para entender que esa no es la mejor vía para “darse a entender”, y acaban chocando consigo mismos.
Ocurre igual en aquellos que son “expulsados” de la muchedumbre. Aquellos “que quieren demostrar”, se debilitan en la ardua batalla que acaba en un choque brutal con ellos mismos.
**
- Pero cuanto pesar para darnos a entender (la eterna búsqueda). Para clarificar esta oscuridad que nos rodea. A veces nos sentimos tentados a renunciar.
- ¿A renunciar a algo que aun no has aceptado o que no has querido aceptar? ¿Acaso no te estas acercando demasiado al espejo? ¿Exiges de la noche, el día y del día, la noche?
**
- Admiro a esos artistas que pasan en silencio por la vida. Que construyen sus obras como las golondrinas construyen sus nidos.
**
- Este “exilio” que sufres y que te acerca un poco más a la muerte, te acerca también al arte, que esta ligado con la muerte. Pues el lenguaje (también la pintura) nace con el deseo de permanecer, de resistir a ser devorado (de ahí la literatura), de sobrevivir. Por eso “los exiliados” solemos ver un poco más de cerca el lenguaje.
Aunque muchos se vean impotentes en las artes, el lenguaje no deja de clavar su espada en el corazón.
- Los hay que no tienden a una forma de expresión. Sin embargo, obtienen del “exilio”, la humildad, que es un aprendizaje que dura toda la vida y que es por donde “mejor se refleja”.
- Esa privación al centro que sufrimos nos da más valor. Nos incita a despertar, a movernos. En casi todos los cuentos vaga la idea de que toda felicidad depende de una leve prohibición, de que toda alegría depende de una negación. A una chica le dan una caja con la condición de que no la abra; la abre y de ella salen todos los males de este mundo.
Hay que correr “detrás de”, aventurarse para alcanzar lo inalcanzable. Esa es la fuente de la felicidad. Correr detrás de lo imposible.
**
- Hay que aprender, en esto del arte, del gorrión que canta porque es cantor.
- Todo lo naciente es deforme, pues un bebé no sabe hablar ni apenas moverse. Hay que educarlo con mucha paciencia y constancia para que pueda levantarse del suelo e integrarse en la sociedad, seguro de sí, sin tambaleos, sin oscuras noches de sufrimiento, etc.
Estoy cansada. Quizá mañana, dentro de una semana, un mes o un año, reanude esta conversación infinita.
lunes, 4 de mayo de 2009
USO DE ROTULADORES, ILUSTRACIONES.
Después de ojear las imágenes del blog, mencionadas en la entrada anterior he recopilado una serie de illustraciones de como usar distintos instrumentos de escritura ,todos los gráficos son de un mismo libro , ¨ABRIR AQUͨ de Paul Mijksenaar y Piet Westendorp, un libro que me regalaron hará un par de años!
ONLYMARKERS
viernes, 1 de mayo de 2009
HACKING IKEA
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