miércoles, 6 de julio de 2016

w.Benjamin Paris

La embriaguez se apdoera de quien ha caminado largo tiempo y sin rumbo dfijo por las calles. Con cada paso, su marcha renueva fuerzas; las tiendas, los bistrots, las mueres sonrientes van perdiendo atractivo mientras la próxima esquina, unos árboles a la distancia, el nombre de una calle van ganando magnetismo hasta hacerse irresistibles Entonces llega el hambre, pero el caminante ignora esos cientos d lugares donde podría saciarla. Como un animal, ascético merodea por los barrios desconocidos hasta que, totalmente exhausto, se derrumba en su cuarto, que lo recibe con frialdad e indiferencia.

Esa embriaguez de reminiscencias con la que el flâneur vaga por la ciudad se alimenta no sólo d los visible sino de hechos apuntados, de datos probables, que interioriza como vivencia , como efectiva experiencia. Este saber vivido se trasmite entre las personas de boca a sido y, también, en el siglo XIX, en infinidad de escritos. Antes incluso de que Lefeuve describiera París calle por calle casa por casa, no se dejo de recrear ese decorado de paisaje del que se alimenta el ocioso soñador. La lectura de esos libros perfila una segunda existencia, plenamente predispuesta a la ensoñacion. Lo leído se materializa en los paseos vespertinos, previos al aperitivo. Esa cuesta detrás de la iglesia de Notre-Dame-de-Lorette, ¿no resulta más empinada cuando se sabe que, ahí, los tranvías enganchaban un tercer caballo para salvar el desnivel?
Importa comprender la consittucion moral, ciertamente fascinante, del flaneur apasionado. La policia que en esto como en tantos otros asuntos es consumada experta, cuenta con el informe de un chivato fechado en octubre de 1798 que dice: Resulta casi imposible imponer y preservar las buenas costumbres entre una población abigarrada en la que cada individuo, que, por así decir, es extranjero a todos, se oculta en la muchedumbre y no tiene ante quien avergonzarse.

En el hombre de la multitud, Poe fue el primero en describir de manera insuperable , el ¨caso ¨del flaneur que, alejado del perfil del paseante filosófico, adquiere los rasgos del hombre lobo que vaga sin rumbo por la jungla social.

pag 39,40,41,,,,,,,,


lunes, 4 de julio de 2016

Walter Benjamin, Paris.

El camino está asociado a los miedos de la exploración que tuvieron que sentir los adelantados de las  tribus nómadas. Aún hoy, todo caminante solitario siente los caprichosos rodeos y recodos de los caminos las perentorias indicaciones seguidas por las antiguas hordas en sus desplazamientos. Por contra, el que toma una calle no necesita, en principio, d una mano que le guíe y oriente; no lo toma con temores de explorador sino que antes suele quedar fascinado por la alfombra de monótono asfalto que se despliega ante él. El laberinto, por su parte, es la síntesis de estos dos temores; es un monótono explorar.

Para saber hasta que punto podemos sentirnos visceralmente a gusto, conviene dejarse llevar por el vértigo de esas calles cuya oscuridad tanto se parece al regazo de una porstituta.

Que fuerza adquieren los nombres dela ciudad cuando aparecen en el laberinto subterráneo del metro! Resuenan como cercanas provincias trogloditas: Solférino, Italia, Rome, Concorde o Campanar; como si nada de esto pudiera, ahí arriba, en la superficie, mezclarse con el cielo abierto.

La ciudad ha concedido a todas las palabras, o al menos a gran cantidad de ellas, una posibilidad hasta entonces reservada a un pequeño número, a una clase privilegiada de palabras: ser ennoblecidas, formar parte de la aristocracia de la palabra. Una revolución del lenguaje llevada a cabo por algo tan sencillo como la calle- Gracias a los nombres de las calles, la ciudad se convierte en un cosmos lingüístico.

Comercio y trasiego son los dos componentes de la calle. En los pasajes, sin embargo, el segundo prácticamente ha desaparecido: el tráfico es ahí limitado. El pasaje es sólo la lasciva calle del comercio, sólo pretende despertar los apetitos. Y como en esa calle todos los humores circulan lentamente, las mercancías pueden proliferar en las fachadas y entablar nuevas y fantásticas relaciones con los ejidos de las úlceras. EL flâneur sabotea ese tráfico. Tampoco es un comprador. Es mercancía.
Con la creación de los grandes almacenes, por primera vez en la historia, los consumidores empiezan a sentir que conforman una masa. ( Antes sólo las hambrunas provocaban ese sentimiento.) Esto Fomenta, notablemente, la dimensión circense y teatral del comercio.

Con la producción de artículos para el consumo de masa aparece el concepto de ¨especialidad¨, cuya relación con la noción de ¨originalidad¨ merece ser estudiada.

Los precios marcados supusieron otra audaz innovación: suprimir el regateo y la ¨vente au procédé¨, es decir, el ajuste del precio en función del aspecto del comprador.

domingo, 3 de julio de 2016

Cendrars. Henry miller

Cendrars ha indicado con claridad que el único maestro, el único modelo, es la vida misma lo que el escritor puede aprender de cendrars es seguir su olfato, obedecer los comandos de la vida  y no rendir culto a otro dios que no sea  la vida. Algunos interpretes sostendrán que Cendrars se refiere a la ¨vida peligrosa. No creo que cendrars nos limite de esa manera.  EL entiende la vida pura y sencilla en todos sus aspectos, todas sus ramificaciones, todos sus atajos, tentaciones, azares y así sucesivamente. Si es un aventurero, es un aventurero en todos los dominios de la vida. Le interna todas las fases de la vida. Los temas que ha tocado , los temas que ha estudiado, son enciclopedicos, Otros signos de emancipación es esta global dedicación a la mirada de manifestaciones de la vida. Muchas veces,  cuando más realista parece, por ejemplo, es cuando tiende  a aplicar todos los frenos a su órgano. El realista es un alma magra. Ve lo que tiene delante, como caballo con pantalla en los ojos. La visión de Cendrars está perpetuamente abierta; es como si tuviese un ojo adicional sepultado en su cráneo, un ojo que mira en el cielo abierto todos los rayos cósmicos. Puede usted tener la seguridad de que un hombre así jamás llegará a completar la obra de su vida, porque la vida siempre marchará a un paso adelante de él. Un artículo de Pierre de Lstil en ¨La Gazette des Lettres¨, Paris, 6 de agosto de 1949, nos informa que Cendrars es ahora sesentón. bueno tiene secretario, que escribe con la mano izquierda, que por debajo vive perpetua  inquietud, siempre ansioso de salir a conocer mejor el mundo, que en realidad detesta escribir y contempla su labor como un trabajo forzado. Trabaja en cuatro o cinco libros al mismo tiempo. Los terminará, estoy seguro . Sólo ruego vivir para leer la trilogía de ¨les souvenirs humains¨llamada Archives de ma tour dívoire, que consistirá en Holmes de letras. Holmes dáffaires y vive des hommes obscuro, Particularmente el ultimo.




Mucho he reflexionado sobre el confesado iinsomnio de Cendrars; lo atribuye a su vida en las trincheras, si mal no recuerdo. Será cierto, sin duda, pero presumo que las razones son más profundas. De todas maneras deseo señalar as y los que parece existir un vínculo entre su fecundidad y su falta de sueño. Para el individuo nomarl el sueño es el restaurador. Los individuos excepcionales  -Los santos, los gurúes, los inventores, los dirigentes, los hombres de negocios o ciertos tipos de dementes- se arreglan con muy poco sueño. Al parecer tiene otros medios para reponer su potencial dinámico. Algunos, con  sólo variar sus actividades, son capaces de trabajar casi sin dormir en absoluto, Otros, como los yogas  y los gruñes, al adquirir mayor y mayor lucidez y , en consecuencia, ser más vivos, virtualmente se emancipan de la rutina del sueño. ( ¿ Para que dormir si el propósito de la vida es gozar de la creación al máximo?) En Cendrars tengo la impresión de que al cambiar de la vida activa a la escritura y viceversa, se rebasase a si mismo. Esto e spura suposición d mi parte. De lo contrario no puedo explicar que un hombre queme la vela por ambos extremos sin consumirse. En alguna parte Cendrars menciona eu es de una linea de antepasados longevos. No cabe duda de que ha aprovechado como un rey su patrimonio hereditario, Pero no arroja signos de resquebrajarse. EN efecto, parece haber entrado en un periodo de segunda juventud, Confia que cuando llegue a la madura edad de los setenta estará encondiciones de embarcarse en nuevas aventuras. no No me  sorprenderá en lo mas mínimo si lo hace; lo veo a los noventa eescalando los  himalayas o abordando el primer cohete par vialjaar a la luna.
Pero volviendo a la relación entre su escribir y su insomio,,, Sei examinamos las fechas dconsignadas al final de sus libros, que indican el tiempo que disco a ellos, llama la atención la rapidez que los redacto y la rapidez con que se sucedieron el uno al otro y todos son libros voluminosos , to esto implica para mi una coa, y es obsesión, Para escribir hay ueur esta poseído y obsesionado. !ue posesiona y obsesiona a Cendrars?  la vida.
Es un hombre enamorado de la vida el cest tout.
No importa que aveces lo niegue ,nno importa que vilipendie nuestros tiempo o ataque a sus contemporáneos en las artes, no importa que compare su propio pasa reciente con el presente y ebcyebte que este es peor, no importa que deplore las tendencias, las inclinaciones, las filosofías y la conducta de los hombres de nuestra época; es el único hombre de nuestros tiempos que ha proclamado y anunciado el hecho de que hoy es profundo y hermoso, y esto es simplemente porque se ha anclado en el centro de la vida contemporaniep, donde comp se enhiesta torre, domina toda la vida del pasado el presente y el futuro, la vida de las estrellas así como la vida en las profundidades oceánicas, la vida en lo minúsculo así como la vida en lo grandioso,; esto capte en el como brillante ejemplo del principio correcto, de la actitud correcta frente  la vida. Nadie podría superar mejor que cendrars los esplendores del pasado: nadie podráa loar al futuro mayor celo; pero es el presente el eterno presente , lo que cendrars glorifica y con el cual se alía. Hombres as y solo los hombres así, son los que están en la tradición, los que siguen adelante.......... pa 67

sábado, 2 de julio de 2016

Blaise cendrars. Henry miller.

También es hombre de muchos libros, muchos tipos de libros, y con eso no significo libros ¨buenos¨ o ¨malos sino libros tan distintos entre sí que el autor da la impresión de marchar en todas las direcciones al mismo tiempo. Es un hombre realmente desplegado y un escritor desplegado.
Su vida misma parece  ¨Arabian Night´s Entertainment. Y este individuo que ha llevado una vida superdimensional también es una rata de biblioteca. Es el más gregario de los hombres y sin embargo es un solitario. Hombre de profunda intuición e invencible lógica. La lógica de la vida. La vida primero y ante todo. La vida siempre con V mayúscula. Así es Cendrars.


Si, es un explorador e investigador de los hábitos y acciones d los hombres, Además ha logrado convertirse en eso plantándose en el centro de la vida, compartiendo su suerte con sus semejantes.

el arte de la destilación... pa 60

Une Nuit dans la Forêt. Blaise Cendrars.

Más y más comprendo que siempre he llevado una vida contemplativa. Soy una especie de brahmán al revés, que medita sobre sí mismo entre la baraúnda y que, con todas sus fuerzas, se disciplina a sí mismo y desdeña la existencia. O el boxeador y su sombra que, furioso, calmosamente, manoteando al vacío, observa su forma. ¿ Cuánto virtuosismo, cuánta ciencia, cuánto equilibrio en la facilidad con  que acelera! Después uno debe aprender a aceptar el castigo con igual imperturbabilidad. Sé aceptar el castigo y con serenidad fructifico y con serenidad me destruyo a mi mismo en suma, no tanto trabajo en el mundo para gozar como para que otros gocen ( son los reflejos de los demás los que me infunden placer, no los míos). Sólo un alma henchida de desesperanza podría alcanzar alguna vez la serenidad, y para estar en la desesperanza se debe de haber amado mucho  y amar todavía al mundo.

viernes, 1 de julio de 2016

Henry Miller Los libros en mi vida.

Aprendi algo sobre estilo, sobre el arte de la narración, sobre los efectos y sobre cómo se producen. Lo más importante de todo fue que aprendí que en realidad en la creación de buenos libros entra en juego un misterio. Decir, por ejemplo, que el estilo es el hombre, es decir casi nada. La forma en que un hombre escribe, la forma  en que habla, la forma en que camina, la forma en que lo hace todo, es singular e inescrutable. Lo importante, tan obvió que por lo general no lo advertimos, es no maravillarse por esas cosas, sino escuchar lo que un hombre tiene que decir, dejar que sus palabras nos conmuevan, nos alteren, nos hagan más y más lo que realmente somos.
El factor más importante en la apreciación de cualquier arte es la práctica de ese arte.

Cuanto más escribo, más comprendo lo que otros tratan de decirme en sus libros. Cuanto más escribo, más tolerante soy respecto a mis colegas escritores, ( No incluyo a los malos escritores, xq con ellos  me niego a tener ningún trato.) Peor con los que son sinceros...PAG 37.

Los libros en mi vida. Henry Miller.

¨ Hay escritores, como este hombre, que nos enriquecen y hay escritores que nos empobrecen. No obstante, mientras, se está desarrollando algo más importante. Mientras tanto, enriquezcamos o empobrezcamos, quienes escribimos, los escritores, los hombres de letras, los que garabateamos, somos sostenidos, protegidos, mantenidos, enriquecidos y dotados por una vasta de individuos desconocidos, los hombre y mujeres que ven y oran, por así decirlo, para que revelemos la verdad que hay en nosotros. Nadie sabe lo vasta que es esa multitud. Ningún artista ha llegado jamás a toda la gran masa doliente de la humanidad. Nadamos en la misma corriente, bebemos de la misma fuente, pero sin embargo, ¿ cuántas veces o con qué profundidad tenemos noción nosotros, los que escribimos, de la necesidad común? Si escribir libros es restituir lo que nos hemos llevado del granero de la vida, de los hermanos y hermanas desconocidos, entonces digo ¨¡ Que haya más libros!¨
Los libros en mi vida. Henry Miller.

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